El placer de vivir con arte: internet, inversiones y nuevos compradores

Por María Adrover

El arte se desmarca de un universo de elite para derramarse entre distintas capas sociales, lugares del mundo y culturas. Cómo la tecnología está revolucionando este mercado que, poco a poco, se vuelve más accesible para quienes encuentran disfrute entre óleos, acrílicos y acuarelas.

El mercado global de arte parece estar lejos del impacto de la crisis. Un ejemplo claro son los últimos resultados de la casa británica Christie’s, quien el año pasado batió el récord mundial de ventas en subasta con ingresos de 5.400 millones de euros, un 16 % más que en 2012. Esta cifra es la más alta para una casa de subastas en la historia del mercado del arte y la causa, dicen los expertos, pasa por el aumento (de un 30%) de nuevos compradores, provenientes sobre todo de China, la India o Internet.

Internet. Ahí parece estar una de las claves de lo que se viene en el mundo del arte.

Gorgeov’s, la firma de Andorra dedicada al asesoramiento en este negocio, promete revolucionar este año el sector con una subasta a través de Internet de 15 obras de arte inéditas. En el lote, que tiene un precio de base de nada menos que u$s 1.300 millones, figuran obras exquisitas de grandes maestros del impresionismo y del arte moderno como Picasso, Gauguin, Monet, Cézanne, Degas, Pollock, Van Gogh y Modigliani.

Así, cualquier coleccionista del mundo –con una abultada cuenta bancaria, claro- podrá pujar por cada obra, a través de una plataforma digital, durante ocho semanas. Pero también se podrán admirar las obras. Para eso habrá que viajar hasta Barcelona, donde Gorgeov´s instalará un showroom privado en el piso 33 de la Torre Mapfre. A estas visitas privadas sólo podrán acceder los pocos inversores que califiquen como potenciales compradores.

Se prevé que entre los compradores no sólo estarán los clásicos coleccionistas europeos sino también provenientes de mercados emergentes como Asia, Rusia y Oriente Medio.

Este innovador sistema se aplicará en cuatro subastas a lo largo del año. La inaugural se realizará a fines del primer semestre y una de las estrellas de esta subasta online es el cuadro de Modigliani “La bella romana”, cuyos ojos almendrados miran desde un rostro inclinado suavemente y su cuerpo zigzaguea en seductoras curvas.

La subasta es extraordinaria porque incorpora una nueva metodología, abre la puja a cualquier persona del mundo (o casi cualquiera), ofrece piezas únicas de alto valor que llevan guardadas más de 30 años y estrena una nueva forma de entender (y comercializar) el arte

Al alcance de la mano

Aunque a primera vista parezca, a los no iniciados, una cuestión impenetrable, el arte puede abordarse como un juego en el que el disfrute está garantizado. Sólo hay que conocer algunas reglas y animarse. Iniciativas exitosas en la Argentina como “La noche de los museos”, que abren periódicamente las puertas de estos espacios galerías de arte, muestran un asombroso y creciente interés del público hacia el arte.

Hoy, comprar una obra es cada vez más accesible. A nivel local, por caso, el Banco Ciudad acaba de abrir una tienda de arte para primeras inversiones. De esta forma, quienes deseen adquirir su primera obra –o incorporar otras- pueden acceder a un catálogo de 80 obras de artistas argentinos entre los que se encuentran Omar Panosetti, Julia Farjat, Alejandro Parisi, Daniel Vidal, Rubén Borré, Salvador Costanzo, Debairos Moura, Daniel Segovia, Vanina Prajs, Julián Bernatene, Carolina Ramirez, Juan Arjona y los alumnos del taller de Jorge Álvaro.

Los precios oscilan entre $ 2.500 y $ 35.000 y –también-, se pueden visitar y reservar on line en el sitio del banco.

Adquirir una obra original es siempre una inversión rentable y no sólo en términos económicos. Es regalarse el placer de sumergirse, íntima y solitariamente, en mundos mágicos de colores y trazos con infinitos significados. Es una aventura a los que cada vez más se animan.

El arte como inversión

- Antes de invertir en arte, la clave es saber qué comprar. Lo más seguro es apostar por un autor reconocido y esperar que la obra se revalorice con el paso del tiempo.

- Otra opción es buscar autores desconocidos (más baratos). La ventaja: mientras la valorización tiene lugar, usted disfruta de ese cuadro, cada día, colgado en la pared de su casa.

- En la Argentina, la mitad de las obras se comercializan en galerías, un cuarto en casas de remate y el resto se compra directamente a los artistas en su propio taller.

- Definir el capital que se quiere invertir y el riesgo a asumir, para determinar si apostar por un artista joven o uno consagrado.

- Verificar la autenticidad de la obra y su procedencia.

- Contratar un seguro específico para la obra.

- Tener en cuenta que se trata de inversiones a mediano y largo plazo.

- Los más demandados son los cuadros pintados con óleo y acrílico.

- Como en todas las inversiones se recomienda diversificar para no hacer una gran apuesta en una sola obra.

- No hay que ser millonario para comprar obras. Los grabados pueden ser una opción interesante para comenzar, con una inversión que parte de los
u$s 100.

- El proceso de adquisición de una obra debe ser de disfrute. Asista a subastas, visite galerías, tómese tiempo para admirar las obras y decídase por una que le guste y sea representativa de su autor.

Sólo para millonarios

En noviembre pasado, el tríptico Tres estudios de Lucien Freud, de Francis Bacon, se convirtió en la obra pictórica más cara vendida jamás en una subasta. La multimillonaria Elaine Pascale Wynn, ex esposa del magnate de los casinos Stephen Wynn, fue la misteriosa cliente pagó 142,4 millones de dólares en una subasta de Cristie’s en Nueva York.

Wynn, de 71 años, es una conocida coleccionista y Bacon uno de sus artistas preferidos. La subasta duró apenas 10 minutos y el precio inicial fue de u$s 85 millones. El récord anterior fue El Grito, de Edward Munch, vendido en mayo pasado por u$s 119,9 millones en un remate de Sotheby’s.

Si de arte y sumas exorbitantes se trata, en 2011 la obra Jugadores de cartas, de Paul Cezanne, fue comprada por u$s 250 millones en una transacción privada.

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