Cinco razones (no futboleras) para enamorarse de Brasil

Brasil está en boca de todos en estos días. En esta nota proponemos abrir una puerta a un recorrido que deja de lado al fútbol por un rato y se conecta con un mundo apasionado y apasionante. Como toda selección es arbitraria e injusta (en este caso, muy injusta), pero sin dudas con profundas raíces en esta tierra.

Por Daniela Villaro

El fútbol todo lo puede. Une en un abrazo a enemigos, hace reverdecer la conciencia del ser nacional y aúna a toda una nación bajo la misma camiseta. Miles de argentinos se volcaron al país hermano para alentar al equipo, ver fútbol del bueno y canalizar tanta pasión contenida a lo largo de cuatro años. Pero Brasil no es solo sinónimo de delirio futbolero. Tierra fecunda en playas paradisíacas, música que sacude desde las entrañas y un espíritu popular difícil de equiparar, Brasil invita a todo tipo de atracciones. A continuación, cinco emblemas brasileños que invitan a adentrarse en una cultura tan rica como alegre.

Una película: Ciudad de Dios

Estrenada en 2002, el film muestra en forma descarnada la guerra entre Zé Pequeño y Mané Galinha en una favela de Río, Cidade de Deus. La trama recorre casi treinta años de historia de varios habitantes de la favela, y muchos de los actores y extras fueron gente de ese mismo lugar.

La película dirigida por Fernando Meirelles es un referente sobre los problemas sociales en Brasil, la violencia, la exclusión y el crimen. “Lucha y nunca sobrevivirás. Corre y nunca escaparás”, es una de las frases emblemáticas de la película, que siguen resonando en la memoria.

Gastronomía: Feijoada

Con influencia africana, portuguesa, indígena y europea, la gastronomía brasileña es fascinante, multicolor e inolvidablemente sabrosa. Cada región tiene sus especialidades pero nadie duda que la feijoada es el gran patrimonio nacional.

Nacida en Rio de Janeiro, es un guisado oscuro y espeso a base de frijoles negros y carne seca, que se come acompañado con arroz. Además lleva carnes ahumadas, tocino, costillas de cerdo, longaniza, cebollas, tomates y ajo, más una sazón que la hacen única. La feijoada es un plato popular de celebridad indiscutible tierra adentro y también a través de las fronteras.

Literatura: Doña Flor y sus dos maridos

Nacida de la narrativa del escritor Jorge Amado, esta novela está llena del humor, sabores y el encanto de la vida bahiana. Doña Flor, la protagonista, queda a los 30 años viuda del incorregible Vadinho, amante insaciable y parrandero contumaz. Su segundo marido, Teodoro, la devuelve a una vida ordenada y previsible hasta que el espíritu del seductor Vadinho regresa, tan ardiente como antes. Es una novela costumbrista, llena de ironía, recetas (Doña Flor da clases de cocina) sátira social, erotismo y belleza.

La novela fue llevada al cine por Bruno Barreto en 1976 y todavía hoy perdura en el imaginario la sensualidad de Sonia Braga en la pantalla, partida entre dos amores. Porque en definitiva de eso se trata, de una novela de amor.

Arquitectura: Brasilia

La magia de Río, la imponencia de San Pablo, el estilo colonial renacentista de Salvador podrían -sin duda alguna- encabezar esta lista. Pero en este temerario y limitado recuento la balanza se inclina por Brasilia, la más joven entre las capitales del mundo.

En 1960, hace apenas 54 años, Brasilia comenzó a emerger en la sabana brasileña diseñada y proyectada por el genio arquitectónico Oscar Niemeyer (fallecido en 2012 a los 104 años) y del urbanista Lucio Costa.

Símbolo del período moderno, Brasilia deslumbra por sus grandes espacios abiertos, su coherencia arquitectónica y las líneas curvas que acunan con una cadencia única. El eje Monumental de la Ciudad contiene la Plaza de los Tres Poderes (al sur el Supremo Tribunal Federal, en el centro el Congreso Nacional y al norte el Palacio del Planalto, donde reside el Ejecutivo). Muchos de los edificios oficiales están rodeados de grandes espejos de agua que los reflejan.

Brasilia está llena de construcciones únicas. Como la Catedral Metropolitana Nossa Senhora Aparecida que, con una planta circular y sin fachada principal, es una fiesta de luz. Cristales azules y verdes sostenidos por 16 pilares curvos la inundan de reverberaciones celestiales.

Nada es azaroso ni desentona en Brasilia, donde la cohesión arquitectónica sigue primando sobre el inevitable dinamismo que le van imprimiendo las nuevas generaciones de sus habitantes.

Música: Tom Jobim

Antonio Carlos "Tom" Jobim fue, quizás, el músico brasileño que más contribuyó a la difusión y el reconocimiento de la "bossa nova" en el resto del mundo, hacia los años sesenta.  Fue compositor, cantante, guitarrista y pianista. Algunas de las composiciones que realizó en conjunto con Vinicius de Moraes son de las mayores y mejores expresiones del género, por ejemplo: Chega de Saudade y la reconocida Garota de Ipanema. Incluso, Jobim grabó una versión de Garota junto a Frank Sinatra.

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