Standback News #15 - Octubre 2013
Título de sección "En foco"

Desastres meteorológicos
y climáticos

Los 8.835 desastres meteorológicos, climáticos y relacionados con el agua registrados entre 1970 y 2012 han dejado al menos 1,94 millones de muertos en todo el mundo y han provocado pérdidas valoradas en 2,4 billones de dólares (1,76 billones de euros) que han tenido graves consecuencias para el desarrollo económico y social de las zonas afectadas.

Así se desprende del 'Atlas de mortalidad y pérdidas económicas de situaciones extremas meteorológicas, climáticas y de agua 1970-2012' realizado de forma conjunta por la Organización Meteorológica Mundial(OMM) y el Centro para la Investigación sobre la Epidemiología de Desastres (CRED) de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica.

El documento describe la distribución y el impacto de los desastres relacionados con estos tres factores como sequías, temperaturas extremas, inundaciones, ciclones tropicales y epidemias sanitarias consecuencia de ellos.

Las tormentas y las inundaciones suponen el 79 por ciento del número total de desastres contabilizados en el informe y han provocado el 55 por ciento de las muertes y el 86 por ciento de las pérdidas económicas en el periodo estudiado. Por su parte, las sequías provocaron el 35 de las pérdidas de vidas, principalmente debido a las grandes sequías en África en 1975 y en 1983-1984.

De hecho, la sequía que vivió Etiopía en 1983 figura como el desastre que más vidas humanas se ha cobrado, con 300.000, las mismas que dejó ciclón 'Bhola' en Bangladesh en 1970. La sequía en Sudán en 1984 mató a 150.000 personas, mientras que el ciclón 'Gorky' causó 138.866 muertos en Bangladesh en 1991.

Desastres meteorológicos 
y climáticos

Pérdidas económicas

En lo que se refiere a las pérdidas económicas, el huracán 'Katrina' que golpeó el sur de Estados Unidos en el verano de 2005 fue el peor, con 146.890 millones de dólares, seguido por el huracán 'Sandy' en 2012 con 50.000 millones de dólares.

El Atlas ha constatado que los peores desastres en términos de pérdida de vidas humanas se producen generalmente en los países menos desarrollados y en vías de desarrollo, mientras que las mayores pérdidas económicas se producen en los países más desarrollados.

Los desastres meteorológicos, climáticos y por el agua van en aumento a nivel mundial. Tanto los países industrializados como los no industrializados están soportando el peso de repetidas inundaciones, sequías temperaturas extremas y tormentas", destacó el secretario general de la OMM, Michel Jarraud.

"Mejores sistemas de alerta temprana y de gestión de desastres están ayudando a evitar la pérdida de vidas, pero el impacto socioeconómico de los desastres va en aumento por su creciente frecuencia y gravedad y por la creciente vulnerabilidad de las sociedades", advirtió.

El documento pone de relieve la importancia de la información histórica y geográfica sobre las muertes y los daños a la hora de estimar los riesgos antes de que se produzca el siguiente desastre. Esta información puede ayudar a respaldar decisiones prácticas que reduzcan los potenciales impactos de nuevos desastres, consideran sus autores.

Datos por continentes

El Atlas ofrece información detallada por continentes. En África, hubo durante el periodo estudiado 1.319 desastres que provocaron 698.380 muertos y pérdidas económicas por valor de 26.600 millones de dólares. Aunque el fenómeno más frecuente fueron las inundaciones (61 por ciento), las sequías son las que más vidas se cobraron, mientras que las tormentas e inundaciones fueron las que más pérdidas económicas generaron (79 por ciento).

En Asia hubo 2.681 desastres entre 1970-2012, que se cobraron 915.389 vidas y ocasionaron daños por valor de 789.800 millones de dólares. En este continente las inundaciones (45 por ciento) y las tormentas (35 por ciento) supusieron el grueso de los desastres. Las tormentas fueron las que más muertos dejaron (76 por ciento) pero las inundaciones generaron más pérdidas económicas (60 por ciento).

Tres ciclones que golpearon Bangladesh y Birmania dejaron más de 500.000 muertos, pero fueron los desastres en China, principalmente las inundaciones registradas en 1998 las que ocasionaron más pérdidas económicas.

En Sudamérica hubo 696 desastres con 54.995 muertos y 71.800 millones de dólares en pérdidas económicas. Las inundaciones fueron las que más muertes ocasionaron (80 por ciento) y las que más pérdidas (64 por ciento). El peor desastre en el periodo fueron las inundaciones y corrimientos de tierra ocurridos en Venezuela a finales de 1999 que dejaron 30.000 muertos.

En cuanto a Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, hubo 1.631 desastres que dejaron 71.246 muertos y pérdidas económicas por valor de 1.008,5 millones de dólares. En esta parte del globo, los desastres fueron principalmente tormentas (55 por ciento) e inundaciones (30 por ciento). Las tormentas fueron las que más muertos (72 por ciento) y pérdidas (79 por ciento) ocasionaron.

Respecto a la región del Pacífico Suroeste, hubo 1.156 desastres entre 1970-2012 que provocaron 54.684 muertos y pérdidas valoradas en 118.400 millones de dólares. La mayoría fueron ocasionados por tormentas (46 por ciento) e inundaciones (38 por ciento). Los desastres más mortíferos fueron los ciclones. Así, uno que golpeó a Filipinas en 1991 dejó 5.956 muertos. En cuanto a las pérdidas económicas, las peores fueron las ocasionadas por la sequía en Australia en 1981, por valor de 15.200 millones de dólares.

Por último, en Europa, según el Atlas, ha habido 1.352 desastres que han dejado 149.959 muertos y daños valorados en 375.700 millones de dólares. En el Viejo Continente, ha habido principalmente inundaciones (38 por ciento) y tormentas (30 por ciento).

Sin embargo, el mayor número de víctimas lo han ocasionado las temperaturas extremas (94 por ciento), ya que en 2003 hubo 72.210 muertos durante una ola de calor en el oeste del continente y 55.736 durante la ola de calor que golpeó Rusia en 2010. Por el contrario, fueron las inundaciones y las tormentas las que más pérdidas económicas generaron.

Fuente: Europa Press.

 

furor por los bonos de catastrofe

Furor por los “bonos de catástrofe”

Las compañías de seguros están sacando provecho del alto rendimiento y están vendiendo bonos que pueden obligar a los inversionistas a aportar para cubrir los costos derivados de desastres naturales.

A un mes del comienzo de la temporada de huracanes en Estados Unidos, las aseguradoras comenzaron a emitir "bonos de catástrofe" al ritmo más rápido desde antes de la crisis financiera. Las empresas de seguros venden los bonos para ayudar a cubrir potenciales reclamos de indemnización por huracanes, tornados, terremotos y otros grandes riesgos asegurados. Aunque las pérdidas sobre los bonos de catástrofe han sido escasas a lo largo de los años, los inversionistas pueden perder el derecho tanto a los pagos de interés como a su capital si los costos de los desastres exceden los niveles previstos, lo cual les da a las aseguradoras el derecho de recurrir a los fondos. Los bonos tienen tasas de interés variables y suelen pagarse al vencer en tres o cuatro años.

La emisión de bonos de catástrofe en el primer trimestre creció más del doble frente al mismo período un año antes, a US$1.200 millones, y se prevé que la emisión en el segundo trimestre aumente hasta alcanzar un máximo histórico superior a los US$3.500 millones, según Willis Capital Markets & Advisory. Más de US$2.000 en acuerdos fueron cerrados o anunciados este trimestre, agregó Willis.

Citizens Property Insurance Corp., una aseguradora estatal de Florida, EE.UU., elevó su oferta más reciente de estos bonos a por lo menos US$1.250 millones desde US$400 millones, según inversionistas. Sería la mayor transacción individual de bonos de catástrofe en la historia, según Artemis, un proveedor de datos relacionados con los seguros.

Los retornos sobre esta deuda, en tanto, cayeron a su nivel más bajo en nueve años. El rendimiento trimestral promedio bajó a 5,22% hace poco, desde 9,61% en 2012.

Los bonos de catástrofe siempre han sido populares con los grandes fondos de pensiones pero ahora están atrayendo a una mayor variedad de compradores, inversionistas ansiosos por obtener retornos que de otra forma comprarían bonos basura corporativos, según corredores, banqueros e inversionistas.

"Las instituciones de tamaño cada vez más pequeño se están interesando en el mercado", afirmó Brett Houghton, un director gerente de Fermat Capital Management LLC, firma con sede en Connecticut, especialista en bonos catástrofe y que gestiona activos por US$4.400 millones.

Muchas aseguradoras que venden coberturas para viviendas y empresas buscan extender el costo de potenciales reclamos al comprar "reaseguros" de otras empresas. Las aseguradoras usan bonos catástrofe desde mediados de los años 90 para potenciar sus acuerdos de reaseguro, y ahora muchas están incrementando su uso en el mercado conforme cayeron los costos de asegurar deuda.

La emisión de bonos catástrofe aumentó a US$7.100 millones el año pasado, apenas por debajo del récord de US$7.200 millones en 2007, según Willis, una unidad de banca de inversión del corredor de seguros Willis Group Holdings WSH -0.53% PLC. Alrededor de US$20.300 millones de los bonos seguían vigentes a fines de 2013, la mayor cantidad que se haya registrado, según Swiss Re SREN.VX -0.57% Capital Markets. Hay unos US$300.000 millones de cobertura de reaseguro de catástrofes colocados en todo el mundo, incluyendo bonos catástrofe, según Aon AON -1.44% Benfield, el corredor de reaseguros de Aon PLC.

El Swiss Re Global Cat Bond Total Return Index, el índice que sigue los cambios de precios y pagos de interés de todos los bonos de catástrofes naturales pendientes, generó un retorno interanual de 8,51% entre 2002 y la semana pasada. En comparación, los índices de Barclays BARC.LN +4.47% U.S. Corporate High Yield y U.S. Aggregate Bond aumentaron 9,35% y 5,04% al año, respectivamente.

El descenso de los retornos de los bonos obligó a muchas reaseguradoras a reducir sus precios. Pero una pérdida importante podría sacudir el mercado de bonos catástrofe, lo que permitiría que las reaseguradoras volvieran a subir las tasas, afirmó Tony Ursano, presidente ejecutivo de Willis Capital Markets.

Las pérdidas, aunque son poco habituales, pueden ser significativas. Los compradores de un bono que arrojó pagos por reclamos de indemnización relacionados con el enorme terremoto en Japón en 2011 perdieron todo su dinero. Los bonos catástrofe están ligados a tipos específicos de desastres y son emitidos con la condición de que las ganancias no sean usadas por la aseguradora para pagos a los damnificados hasta que los costos por reclamos de la aseguradora superen un nivel especificado. Los desastres naturales han causado US$682 millones en pérdidas para los bonos catástrofe desde 1996, o 1,3% de los US$51.000 millones emitidos, según Lane Financial LLC, una consultora de seguros.

Los retornos de los bonos catástrofe suelen subir tras un desastre natural, a la vez que bajan los precios de los bonos y suben los cupones de emisiones nuevas que buscan atraer nuevos compradores.

Algunos afirman que la mayor demanda de este tipo de bonos refleja una complacencia peligrosa por parte de los inversionistas que han impulsado los precios de los bonos a valores no razonables.

"La ausencia de un evento catastrófico durante mucho tiempo" ayudó a alimentar la demanda de los valores, señaló Al Selius, un gestor de portafolio de Pine River Capital Management LP, que tiene unos US$125 millones en valores relacionados a seguros. "No parece que sea el momento adecuado" para expandir la posición de su firma, aunque los bonos sigan siendo atractivos en comparación con otra deuda, concluyó.

Fuente:The Wall Street Journal.

 

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