Standback News #12 - Julio 2013
Título de sección "Temas de salud"
Vida sana, corazón sano

Vida sana, corazón sano

Por Dr. Jorge Tartaglione, (*)

Como bien sabemos, el corazón es el motor del cuerpo que mantiene la sangre circulando por todo el cuerpo. Cada día, late aproximadamente 100 mil veces y bombea 23 mil litros de sangre, que es la encargada de llevar el oxígeno que recoge de los pulmones y los nutrientes necesarios a todos los órganos, y se lleva productos que el organismo no necesita como el dióxido de carbono y otros desechos. Es la sangre la que mantiene el cuerpo con la energía suficiente para funcionar. Es por eso que debemos cuidar nuestro corazón llevando una vida sana y equilibrada.

Al igual que en el mundo, en Argentina las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte. Según cifras oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, en los últimos doce años 824.290 personas fallecieron por esta causa. Es por esto que la medicina se encuentra constamentente trabajando para encontrar soluciones y alternativas para reducir al mínimo este número, pero muchas veces se deja de lado la educación sobre cómo mejorar los hábitos y estilos de vida puede ayudar a disminuir el riesgo de padecer este tipo de enfermedades.

Un ejemplo de ello es la reciente publicación de nuevas directrices de la American Heart Association y el American College of Cardiology, que tienen por objeto emplear las estatinas como medida preventiva para evitar los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Si bien este tipo de medidas apunta a mejorar la calidad de vida de las personas, puede reducir al mismo tiempo el énfasis en los cambios de estilo de vida saludables que han demostrado disminuir el colesterol y otros factores de riesgo como un ataque al corazón o accidente cerebrovascular. Es decir, muchas personas que de otro modo serían capaces de gestionar su riesgo cardiovascular a través de medios no farmacéuticas (como llevar una alimentación saludable, realizar actividad física y dejar de fumar) estarán tomando una medicina que pueden tener efectos secundarios dañinos.

Las personas pueden mejorar sus niveles de colesterol y su riesgo general de ataque cardiaco sin necesidad de recurrir a las estatinas. Una dieta mediterránea, dejar de fumar y hacer ejercicio han demostrado reducir el riesgo de (y a veces incluso resolver) las enfermedades del corazón y diabetes. Es importante mencionar que hay algunas personas que son de muy alto riesgo, con antecedentes médicos o personales de la familia, que las mejoras en el estilo de vida no pueden cambiar. Para estas personas, las estatinas son una opción eficaz y con frecuencia necesaria para proteger su bienestar y prolongar su vida.

Vida sana, corazón sano

 

Consejos para llevar una vida sana

• Alimentación saludable:
debe contener una amplia variedad de alimentos ricos en nutrientes seleccionados de los 5 grupos básicos: vegetales y frutas, carnes y huevos, aceites y grasas, lácteos y harinas y cereales. 

• Hidratación:

Consumir más de un litro y medio por día de agua, cantidad necesaria para recuperar el líquido que se  pierde en las diferentes funciones que cumple nuestro organismo.
El agua, además de hidratarnos, colabora con diferentes procesos  como la digestión y la traspiración. Además, al realizar actividad física, nos permite rendir más y evitar los calambres. Otros de los beneficios de su consumo, es que nos ayuda a regularizar la temperatura de nuestro cuerpo. Es importante no esperar a tener sed para tomar agua. La mejor bebida para hidratarse es el agua ya que llega rápidamente a la sangre y a las células al no detenerse en el estómago.

Se recomiendan el consumo de aguas bajas en sodio, acompañado por una dieta apropiada y ejercicio físico, ya que son beneficiosas para la salud de cualquier persona, sea niño o adulto.

• Reducir el consumo de sal:
Uno de los avances más importantes en la medicina consistió en detectar que, por sus propiedades, el consumo en exceso del cloruro de sodio (sal) aumenta los riesgos de padecer patologías vasculares. De esta manera, se estableció que la sal perjudica a las personas más allá de su edad o su condición física, ya que inclusive se observaron eventos cardiovasculares en individuos con presión arterial normal. Es fundamental moderar el consumo de sal, aún si se trata de personas sanas. La cantidad máxima por día en personas sanas (no hipertensas) es de 5 gramos. La alimentación nunca va a ser sin sodio, ya que está presente en todos los alimentos. La carne, por ejemplo, contiene 65mg de sal, el huevo 122 mg y el pescado 140 mg, en 100gr, una rodaja de pan contiene 114mg, cuatro fetas de panceta 548mg y tres medialunas tienen toda la cantidad de sal que una persona con hipertensión arterial puede consumir en una semana. Incluso el agua (hay aguas que tienen entre 120 y 150mg/l, otras aguas minerales contienen entre 40 y 80 mg/l, y luego están las conocidas aguas de bajo sodio, que tienen menos de 10mg/l).
Por eso  se debe estar atentos al contenido que indican las etiquetas de los alimentos y bebidas al momento de su compra.

El consumo excesivo y prolongado de sodio aumenta el riesgo de hipertensión arterial, empeora los síntomas asociados a enfermedades del corazón, hepáticas y renales, y agrava cualquier disfunción del organismo en fumadores, diabéticos y obesos.

• Actividad física: Realizar actividad física de manera regular aumenta la esperanza de vida, ya que previene enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que los adultos de entre 18 a 64 años dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.

• Realizar actividad reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión y caídas. Asimismo, mejora la salud ósea y funcional, y es un determinante clave del gasto energético, y por tanto, es fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso.

• Dejar de fumar

(*) El Dr. Jorge Tartaglione es Médico Cardiólogo (MN 67502) y Miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología

 

 
 

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