Tradiciones, folklore y esperanzas de Año Nuevo

Los rituales y las supersticiones de Nochevieja tienen tantas formas como culturas vivas en el mundo. Revelan lo que somos, de dónde venimos y nuestros deseos. ¡A celebrar que se termina el año y 2015 dará revancha!

Por Daniela Villaro

Somos, también, tradiciones. Los ritos, ceremonias y costumbres son sutiles y férreos hilos que nos unen, nos dan carnet de pertenencia en una cultura y nos hacen trascender en hijos, nietos, amigos… Cuando llega el fin de año, en todo el mundo se renuevan estos ritos. Una de las tradiciones más populares es la costumbre española de comer doce uvas, una por cada una de las doce campanadas que anuncian el año nuevo para garantizarse doce meses de buenas nuevas. En Estados Unidos, la costumbre ordena besarse a medianoche para evitar 365 días posteriores de soledad, mientras que en Italia, cualquiera sea el menú de Nochevieja no puede faltar un buen plato de lentejas. En Japón, en la última medianoche del año suenan 108 campanadas en los templos budistas para esfumar otros tantos pecados y evitar volver a caer en ellos. Los dinamarqueses antiguamente rompían platos viejos en la puerta de su casa en señal de prosperidad y en la bella Bahía, los brasileños que viven en la costa se visten de blanco y se lanzan temprano a las playas a cenar, brindar y celebrar junto a la familia el fin de año, bajo una lluvia de fuegos artificiales, velas y flores lanzadas en pequeños barquitos al mar.

En Cuba, se suele abrir las puertas de la casa para que salga el año viejo y entre la prosperidad del nuevo en el hogar. La lista de ceremonias sigue. Fuegos artificiales en Berlín, quema de muñecos en la ciudad de La Plata, cena entre familiares y amigos, vitel tonné y pavita, pan dulce y frutas secas a lo largo de toda la Argentina…

Llevar ropa interior roja, llamar a familiares lejanos apenas sonaron las 12 campanadas, brindar con champan o sidra, abrazarse y dar los mejores deseos, salir a dar serenatas, limpiar a conciencia la casa y tirar los trastos viejos a la basura antes del 31, quemar muñecos o lanzar fuegos de artificio no son meras repeticiones de rituales antiguos. Renuevan, una vez más, la energía, la esperanza y los deseos de empezar de nuevo, de hacerlo mejor esta vez, de estar más unidos y de agradecer las bendiciones de cada día vivido.

Divertidas algunas, algo absurdas otras, emotivas todas, las tradiciones buscan conjurar malos momentos y renovar las esperanzas para lo que viene… A brindar, feliz Año Nuevo!

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