Atención al etiquetado de alimentos

En Uruguay avanza en el tema y prevé emitir un decreto para regular los alimentos con exceso de grasas, azúcares y sal. Los expertos indican que: “Una etiqueta no asegura un cambio en la forma de consumo, ni en los hábitos más saludables” ¿Qué sucederá en Argentina?

El proyecto de decreto, similar al etiquetado frontal que se implementó en Chile a fines de 2014, sigue avanzando en Uruguay donde, los alimentos con exceso de sodio, azúcar, grasas o grasas trans llevarán un distintivo en un corto tiempo. En el marco de la jornada “El rotulado frontal de alimentos. Proyecciones de su aplicación en Uruguay”, llevada a cabo en la Facultad de Derecho de Montevideo, un grupo de expertos cuestionó la medida por “presentar confusión de manera fácil”

Uno de los referentes en el tema, Ignacio Vieitez , Ingeniero en Alimentos y Doctor en Química, Profesor del Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos, Facultad de Química, de la Universidad de la República, mostró su disconformidad con el modelo de etiquetado planteado ya que el decreto uruguayo recomienda incluir un octógono negro con letras blancas en su parte frontal a aquellos alimentos procesados que superen ciertos niveles de azúcares, grasas, grasas saturadas y sal, con relación a la cantidad de calorías en términos absolutos del producto, y no en base a una dieta diaria.

“El Proyecto propone tomar como parámetro el perfil nutricional de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Estas recomendaciones son una extrapolación errada de los valores límite planteados por la OMS para una dieta total. Los valores de los límites para los contenidos de sodio, azúcar, grasas y grasas saturadas establecidos por el Modelo de Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (MPN de la OPS) se basan en criterios nutricionales de la OMS (OMS, Informe 916) para ser aplicados en una dieta total". "El problema es que la OPS los utiliza para productos individualmente considerados. Utilizar el MPN de la OPS para productos alimenticios individuales resulta inapropiado".

El Ingeniero en alimentos explica que el proyecto asume una relación directa entre el consumo de alimentos procesados y el desarrollo de la obesidad y otras ENT (Enfermedades No Transmisibles) y no toma en cuenta que en dicho tipo de enfermedades inciden múltiples factores como preferencias de consumo, educación nutricional, actividad física, factores ambientales, etc.

“La información que contiene una etiqueta no necesariamente asegura por si sola un cambio en la forma de consumo de los alimentos ni en los hábitos relacionados con la salud”. “No existen estudios que demuestren que un simple etiquetado revierta las ENT, habría que pensar en planes de educación para la población en general”, agregó.

Durante la jornada, los expertos presentes también coincidieron en que la propuesta de etiquetado frontal no sólo debe actuar sobre el consumidor, debería motivar a adecuar procesos de producción que en algunos casos pueden resultar complejos, necesariamente se debería trabajar con la industria.

Asimismo, manifestaron preocupación porque la propuesta uruguaya excluye los alimentos no envasados y los envasados en presencia del consumidor, y se plantearon la duda de qué sucede con una mermelada común y otra reducida en azúcares, pero que tendrían la misma advertencia en etiquetado.

“La lucha contra la obesidad y las ENT debe ser una política de estado transversal, que abarque e influya en distintos ámbitos como el hogar, el supermercado, la escuela y la comunidad. Se necesita profundizar en la discusión, involucrando a referentes académicos de distintos ámbitos” concluyeron.

El escenario en Argentina

Las autoridades sanitarias de Argentina y de otros países de la región, que deliberaron en Paraguay, en el marco de la XLII Reunión de Ministros de Salud de Mercosur y Estados Asociados también le dieron un impulso al tema.

El secretario de Coberturas y Recursos de Salud, Luis Giménez –en representación del ministro de Salud, Adolfo Rubinstein– suscribió convenios en Asunción para que en el país se identifique con rótulos destacados a los productos alimenticios procesados que tengan formulaciones industriales altas de los nutrientes de referencia, según el modelo que aplica la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

“Existen numerosos sistemas de rotulado frontal en distintos países, pero para aquellos que trabajamos en tecnología de alimentos el que ha sido desarrollado en el Reino Unido nos parece uno de los más apropiados porque utiliza códigos de color (verde, amarillo y rojo) e indica la cantidad de nutrientes a declarar así como las calorías. Es necesario que como región se tomen decisiones y estrategias conjuntas para unificar el etiquetado de los productos para todo el Mercosur” concluye Susana Socolovsky, Doctora en Ciencias Químicas (UBA). Consultora en Asuntos Regulatorios y Científicos y referente en el tema.

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