Alergias

En los últimos tiempos, la incidencia de nuevos casos de alergia ha aumentado a niveles alarmantes, según Fundaler “uno de cada cinco habitantes de nuestro país padece algún tipo de afección alérgica”. Aunque muchas veces es confundida con resfríos comunes, debido a la similitud de los síntomas, es una enfermedad que afecta la calidad de vida de las personas, influyendo negativamente en el rendimiento académico, disminuyendo la producción laboral y aumentando los costos en salud. 

Su diagnóstico precoz y el correcto tratamiento pueden mejorar, notablemente, la calidad de vida de las personas. La alergia es una reacción anormal del organismo a una sustancia normalmente inofensiva, que se encuentra en el ambiente. Ante la presencia de un alérgeno, el cuerpo del paciente comienza a producir el anticuerpo IgE (Inmunoglobulina E) en exceso, produciendo los síntomas alérgicos específicos.

Los principales síntomas son estornudos, ojos llorosos, picazón, tos persistente, dificultad para respirar, asma, dolores de cabeza, erupciones cutáneas, diarrea y vómitos, cólicos, infecciones recurrentes del oído y fatiga. Cuando estos síntomas son persistentes, probablemente, se trate de una alergia que debe ser diagnosticada y tratada.

Existe una prueba que permite detectar esta afección ante la presencia de alérgenos como animales, comida, polvo, insectos, medicamentos, ácaros, parásitos, entre otros. El ensayo centraliza las pruebas y otros inmunoensayos en una plataforma automatizada, y obtiene una sensibilidad de análisis de tercera generación.

A pesar de que la alergia puede desencadenarse en cualquier momento de la vida, es generalmente catalogada como una enfermedad común de la infancia, y en ocasiones hereditaria. Por ello, los profesionales de atención primaria y pediatras son los primeros en evaluar la presencia de una alergia.

Algunas alergias pueden devenir en enfermedades más graves, es por ellos que su diagnóstico precoz es fundamental, ya que el tratamiento adecuado de las alergias es vital para interrumpir la progresión de la enfermedad y detener la marcha de la alergia. Actualmente existen dos métodos para su diagnóstico “in vivo” e “in vitro”.

La primera, o prueba cutánea, es la alternativa clínica preferida por los alergistas para confirmar el diagnóstico y la identificación de alérgenos específicos, aunque sólo son confiables en manos de alergistas entrenados, y en algunos tipos de alergia pueden desencadenar reacciones anafilácticas. No deja de ser un método invasivo y peligroso, principalmente en niños. 

Por otro lado, está la prueba “in vitro”, el ensayo brinda resultados rápidos y precisos para ayudar a mejorar la calidad de la atención y el servicio brindado al paciente. 

Fuente: Siemmens Healthineers

 

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